domingo, 26 de abril de 2020

Buscando Tardígrados


Los tardígrados son unos microscópicos seres vivos del reino animal con forma de osito de agua, pues también se les conoce con ese nombre. Tienen el cuerpo segmentado con ocho pares de pequeñas patas y en su cabeza una especie de pequeña trompa por la que se alimentan de plancton y de nematodos, unas pequeñas lombrices microscópicas.

La mayoría son terrestres pero viven sobre la fina capa de agua que recubren musgos, líquenes u otros vegetales que retenga humedad. No viven mucho, unos dos años de media, pero su principal característica es que pueden sobrevivir en casi cualquier circunstancia climática por extrema que esta sea. Y esto es posible porque en circunstancias adversas los tardígrados pueden entrar en estado latente arrugándose como una bola y reducir su metabolismo mediante la criptobiosis hasta que encuentren un entorno más adecuado para ellos.

Esto hace que haya sido clasificado como la forma de vida más resistente de toda la tierra. Puede sobrevivir más de 30 años sin comida ni agua, en un vacío helado y resistir a las condiciones más extremas o de radiación. Pueden sobrevivir tanto en el fondo del mar, como en un volcán o en un mar de ácido. Es más incluso los científicos han llegado a hipotizar que serían capaces de sobrevivir a cualquier catástrofe astrofísica como un impacto con un asteroide, una explosión de una supernova.  Solo la muerte de nuestro Sol acabaría con esta especie.

En el laboratorio nos propusimos encontrar tardígrados y con tal finalidad realizamos una investigación con los siguientes apartados:

1- Documentarnos sobre los tardígrados. Leímos algunos artículos y vimos vídeos en clase. Hicimos varios trabajos sobre ellos.




2- Montamos una granja de tardígrados con musgo recolectado de varias zonas. El musgo es una especie vegetal protegida, pero nosotros solo necesitábamos el equivalente a una galleta.
El aparcamiento es un de los lugares de donde cogimos musgo.

3- Creamos un pequeño espacio con las condiciones ideales para que estuviera a gusto: con suficiente humedad y a la sombra. Así los tardígrados saldrían a alimentarse cada día.


4- Por fin los recolectamos exprimiendo los musgos y observando el líquido resultante con las lupas ópticas y la electrónica.


Al final creemos que llegamos a ver uno porque se movía como en los vídeos que habíamos visto, pero era bastante difícil de diferenciar del resto de materia orgánica.



Nos quedamos sin foto de nuestro amigo, pero todavía tenemos la graja de tardígrados en el exterior de nuestros laboratorios esperándonos cuando regresemos al colegio.

Os dejo un par de vídeos sobre tardígrados: