viernes, 2 de julio de 2021

Experimento sobre la contaminación del aire

 Uno de los graves problemas que tenemos actualmente es la contaminación de la atmósfera: los gases de efecto invernadero, el ozono, la lluvia ácida...

 Pero para observar la contaminación del aire que respiramos no hace falta irse tan lejos, podemos observarla directamente con nuestros propios ojos. 


Para ello realizamos un sencillo experimento consistente en exponer una cartulina blanca al aire libre  y tapar una zona en el centro con una tapa de plástico. 

 

1- Primero cogemos una cartulina blanca y dibujamos un círculo con una tapa de plástico de las que se utilizan para yogures de medio litro. Añadimos un título y la fecha.

2- Lo ponemos en una zona exterior al aire libre pero bajo una zona techada para que no le afecte la lluvia en caso de producirse. 

3- Tapamos la zona que queremos que sea la "testigo" y le ponemos un peso para que no pueda volarse por el viento.

 

Cada pocos días pasamos a verlo y anotamos la fecha para ver la progresión.

 

Al cabo de dos semanas quitaremos la tapa y observaremos la diferencia entre la parte que hay a la intemperie y la zona tapada.

La diferencia salta a la vista...


La parte que hay oscurecida está compuesta por partícula de polvo en su gran mayoría. El polvo puede ser una sustancia natural proveniente de las tierras de agricultura que tenemos alrededor cuando se están realizando labores agrícolas (que en esta ocasión no se hacían), puede venir también de África (no era tampoco el caso) pero también pueden provenir de las emisiones de las fábricas, calderas de combustión fósiles (incluidas el gas natural), y de las emisiones de los vehículos tanto por su combustión como por sus elementos friccionantes abrasivos como neumáticos o las pastillas de frenos al usarse. 



Son por tanto sustancias contaminantes que afectan directamente a nuestra salud pues se meten dentro de nuestros pulmones cuando respiramos provocando efectos indeseables y afectando de manera mucho más perjudicial a los ancianos, niños pequeños, personas enfermas con asma, alergia etc. 

 

Es un problema que nos afecta a todos y al que se debiera de dar solución.

Posibles soluciones:

-  Limitar en lo posible la circulación de vehículos ofreciendo alternativas como el transporte público.

- Limita la velocidad en las ciudades.

- Utilizar energías limpias en todos los ámbitos.

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Copio parte de un artículo de prensa referente a esta problemática:

Frenos, ruedas y pavimento

La contaminación por partículas producida por los vehículos tiene varios orígenes. Uno de ellos es el frotamiento de las ruedas con el pavimento. Como consecuencia, las ruedas van desprendiendo fragmentos, que es lo que provoca su desgaste y que las tengamos que cambiar. Estos pequeños fragmentos o partículas son los que acabamos respirando de forma involuntaria con el agravante de que “el 2% de los neumáticos es sulfuro de zinc”, advierte Xavier Querol.

Enemigos invisibles

Con el desgaste de las ruedas, frenos y pavimento acaban en el aire partículas de sulfuro de zinc, manganeso, hierro, antimonio, cobre, estaño, bario o áridos

Al pisar el freno también emitimos partículas. “Cada vez que lo utilizamos, el freno se va desgastando y desprende manganeso, hierro, antimonio, cobre, estaño o bario”, señala el investigador del Idaea. Otra fuente de contaminación es el pavimento, que con el paso de los vehículos también se va desgastando, desprendiendo partículas. Se trata principalmente de áridos en este caso, según indica el experto.

Finalmente, a su paso, los vehículos levantan del suelo el polvo que se va depositando en él. “Cuanto más rápido vas, más partículas se levantan, por eso algunas ciudades europeas están reduciendo sus velocidades máximas”, explica Querol.

https://www.lavanguardia.com/natural/tu-huella/20200119/472932869633/contaminacion-vehiculos-frenos-ruedas-pavimento.html